Leishmaniasis y el uso del ALLOPURINOL
Fundamentos para que se prohíba su uso en Argentina
1- Introducción.
El título de la Monografía: “LEISHMANIASIS EN POSADAS. OSCURANTISMO Y DESIDIA EN TIEMPOS SIN HIDROFOBIA”, refleja la síntesis conceptual del tema, al dejar sentado que al principiar la zoonosis las autoridades sanitarias de aquel entonces trataron de ocultarla y después, del primer caso humano en junio de 2006, la manejaron con desidia. En el mientras tanto del avance de la enfermedad, contagiando en su despliegue epizoótico a miles de perros indefensos, vinieron dos expertos a dar clases magistrales de la epidemiología y las prácticas sanitarias que debían realizarse, basados en recomendaciones de la OMS, que nuestro país adhirió, y cuyo principio radica en el sacrificio asistido del perro enfermo, porque no tiene cura, y la denuncia obligada de los casos presentes.
A tales enseñanzas las tomaron con indiferencia y así lo manifesté por medio un artículo publicado en el diario “El Territorio”: “A estos profesionales los agraviaron. Cajonearon insólitamente sus instructivos. Recién vieron la luz y se están ejecutando desde fines del año 2007, casi dos años después; ahora, bajo la batuta de jóvenes profesionales y el asesoramiento del Referente Nacional. Y claro que este accionar a muchos les duele, porque los hechos están demostrando inoperancias anteriores, mala praxis y silencios cómplices”. Agregaba: “La enfermedad quedaba al arbitrio de quien quisiera tratarla de acuerdo a su propio código, violando las más de las veces normativas de la OMS, la OPS y las propias leyes sanitarias nacionales.
Al respecto, en otro artículo escrito en el matutino “Primera Edición”, el 12-12-08, expresaba: “Una profesional no veterinaria perteneciente a una sociedad protectora de animales opinaba (en el diario) cómo tratar al perro con leishmaniasis canina. Habiendo errores de apreciación que conllevaría a mala praxis, los señaló”. Y a continuación subrayaba su errónea indicación de bañar a los perros con el insecticida deltametrina, al no existir estudio con rigor científico que lo avale, y el uso de Allopurinol en el perro enfermo, puesto que solo no lo cura, sería causante de disfunciones hepáticas y renales.
Y sobre el Allopurinol versa el presente trabajo.
2- ALLOPURINOL.
Es un compuesto químico empleado como medicamento frente a la hiperuricemia y sus complicaciones en la gota humana. El Alfadiman es la marca más utilizada de Laboratorios Lazar y se presenta en comprimidos de 300 mg. El encabezamiento del prospecto farmacológico advierte “Esta no es una droga inocua. No está aconsejado en el tratamiento de hiperuricemia asintomática”. Más adelante en distintos párrafos la advertencia prosigue: “Se deberá discontinuar el tratamiento con Alfadiman ante la primera aparición de Rash (exantema) cutáneo u otros signos que puedan indicar una reacción alérgica. En algunas instancias el rash cutáneo puede ser seguido por reacciones de hipersensibilidad más severas tales como síndromes de exfoliación, urticaria y lesiones purpúricas, como así también el Síndrome de Stevens-Johnson (eritema multiforme exudativo) y/o vasculitis generalizada, hepatoxicidad irreversible y, en raras ocasiones, muerte”. “Algunos enfermos con enfermedades renales pre-existentes o depuración pobre de uratos han mostrado un aumento en el BUN (Nitrato ureico en sangre) durante la administración de Allopurinol. Aunque el mecanismo responsable de esto no ha sido establecido, los pacientes con insuficiencia renal deberán ser observados cuidadosamente durante las primeras etapas de administración de Alfadiman y si aparece o persiste un incremento de las anormalidades renales, se debe disminuir la dosis o suspender la administración”. (Esto es en humana. En el perro no hay estudios)
La Dra. Guadalupe Miró, especialista de la Universidad Complutense de Madrid, quien está contra la eutanasia del perro enfermo y a favor del tratamiento, hizo declaraciones a la revista El Cronista Veterinario y dijo: Si bien la eutanasia no es obligatoria, sí la consideraría en los siguientes casos:
1- Cuando los perros infestados convivan con personas inmuno-deprimidas con riesgo concreto.
2- En perros con leishmaniasis y enfermedad renal.
3- Si lo dueños no pueden hacer el tratamiento.
4- Si el animal no tiene dueño.
También sostiene que el tratamiento depende del diagnóstico previo para descartar algún tipo de nefrosis. “De resultar positivo el perro debe sacrificarse”.
Esta posición, aunque al parecer contradictoria, es la que sustentan veterinarios españoles.
3- DECLARACIONES DEL DR. DANIEL SALOMÓN, REFERENTE NACIONAL EN LA LUCHA CONTRA LA LEISHMANIASIS.
En el reportaje del 19 de agosto pasado en el diario El Territorio, después de la jornada efectuada en el aula magna de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNNE, declaraba: "… tratar a perros con leishmaniasis agravaría los cuadros en personas…" Se refería al criterio de la OMS/OPS que recomienda no tratar al perro enfermo porque genera cepas de parásitos más agresivos y resistentes. Porque el animal no tiene cura. Y porque dificulta los estudios epidemiológicos.
Al punto, el Dr. Juan Sach, Presidente del Consejo de Veterinarios de la Provincia, contrario a esa postura y a favor del tratamiento del perro con Allopurinol, contestó el 22 de agosto en carta de lectores en el mismo diario: “El medicamento que predominantemente prescriben los veterinarios de Misiones es el Allopurinol, que es una droga que en humanos se usa para bajar el nivel de acido úrico en la sangre, hecho que muchas veces provoca ataques del cuadro clínico conocido como gota. Repetimos, el Allopurinol no se usa en las personas para tratar la Leishmaniasis por lo que su uso en canes para combatir esta enfermedad es tanto desde el punto de vista médico como ético un procedimiento totalmente lícito y en todo caso lo que puede estar en discusión es su efectividad para esterilizar el can parasitológicamente y alejarlo de su papel de reservorio”... “Cabe pensar que también el doctor Salomón estará lamentando esta situación dado que la reunión efectuada el pasado miércoles 19 de agosto con el cuerpo veterinario discurrió con un alto nivel académico y el marco del mutuo respeto cuando hubo posiciones no coincidentes”.
4- ARTÍCULO DE OPINÓN EN EL DIARIO ETERRITORIO POR MÍ FIRMADO, TITULADO: “Leishmaniasis: Discusiones vigentes y el método inductivo”. Se refiere a la polémica desatada.
“Por medio del método inductivo de preguntas y respuestas se trata llegar a la verdad. Lo emplea la OMS y la OPS. Es la vieja mayéutica de la escuela socrática de utilizar el diálogo razonable con uno mismo y con los demás. Contrario a la retórica por la cual se puede responder tanto afirmativamente como negativamente y es causa de interminables discusiones. Está pasando con la Leishmaniasis en Posadas. Lugar donde no se tomó seriamente lo que debía hacerse desde un principio, precisamente, porque se obvió ejecutar el principio de autoridad sanitaria. Contratiempo que ha permitido que se discuta hasta hoy día si al perro se lo debe sacrificar o curar y en base a qué tratamiento; acarreando, además, a la aparición de quienes proponen panaceas poco serias; que de por sí es poco serio emplear sustitutos de la planta milagrosa que lo cura todo. Mayéutica significa parto u obstetricia en griego antiguo. Partera era la profesión de la madre de Sócrates. Entonces al genio gordo y feo por analogía comparativa se le ocurrió que así debía proceder para sacar la sapiencia de los demás. De ahí que se hacía el sota y manifestaba “solo sé que no sé nada” sabiendo más que todos. Y meta pregunta y discusión de la pregunta, mediante el diálogo y el empleo de la razón, llegaba a la conclusión del concepto. Contrario al monólogo de los retóricos, grandes decidores de nada a la hora de explicar. Todos podemos y debemos utilizar la mayéutica en alguna encrucijada. Pequeñas o grandes. Más o menos importantes. La valoración no interesa. Interesa el hacerlo. Es lo que utilicé para obtener relevamientos de la leishmaniasis mediante lecturas del tema, varias consultas y las respuestas recibidas, que me permitió armar mi propio esquema de interrogatorio para develar incógnitas de esta enfermedad que nos tiene a mal traer.
El método cobra vigencia dada las declaraciones en los medios de Misiones por el Dr. Daniel Salomón, contrario al tratamiento con medicamentos de uso humanos en perros con Leishmaniasis, luego de la conferencia que ofreciera en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNAM. El Dr. Salomón es Director Nacional de Diagnóstico e Investigación en Endemoepidemias y ofició de Secretario en reuniones de la Oficina Panamericana de Lucha contra la Leishmaniasis, y está al frente del programa nacional.
En opuesto enfoque y a favor de la medicación de una droga de uso humano: el Allopurinol, indicado para tratar artritis y la gota por exceso de ácido úrico, es el veterinario Juan Adolfo Zach, especialista en pequeños animales y propietario de una farmacia veterinaria. Lo hizo saber, medios de por medio, como Presidente del Consejo Veterinario de Misiones a modo de aclaración contestataria a la posición de Salomón.
La visión sanitaria de uno y otro profesional desemboca en el actual entredicho. Se entiende. El primero es sanitarista y su cosmovisión parte de comprender la epidemiología de la enfermedad para prevenirla primero y realizar el control correspondiente si después aparece en algún lugar, privilegiando la salud pública general en forma específica, cimentado en normativas recomendadas por organismos de salud nacional e internacional. El segundo es médico clínico y también cumple rol social sanitario cuando indica que el animal vagabundo enfermo debe sacrificarse entre otras recomendaciones, sino que en este caso prioriza el tratamiento individual de la enfermedad en el perro, reservorio de la enfermedad que ataca al hombre, utilizando el Allopurinol y otros productos veterinarios.
En Brasil, debe consignarse, está prohibido usar drogas de uso humano en el tratamiento de la Leishmaniasis canina. Y dictaminaron que aquellas de aplicación veterinaria, deberán confirmarse mediante previos protocolos investigativos si tiene algún efecto positivo contra esta enfermedad que no tiene cura. Es con la finalidad de evitar la batería de medicamentos utilizados durante tantos años sin respuesta efectiva y el tráfico clandestino de fármacos. En realidad la ley es mucho más severa, según consigna el informe de la revista el Cronista Veterinario del mes de febrero. En Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos prohíbe la comercialización de productos de uso humano en veterinarias, y viceversa en farmacias drogas para animales. En Misiones fue histórica la lucha para que este ítem se cumpliera.
Por lo general el clínico veterinario de mascota hace el diagnóstico, receta y vende los fármacos de su propia farmacia, cosa que en medicina humana no sucede. Transita por una sutil línea ética en la que no debe dejar duda que su tratamiento cumple el fin de sanación y no utilitario, como denunciaron en casos puntuales dos profesionales de nuestro medio en carta pública. Es por ello, cuando se sale a defender o prescribir medicamentos en un área tan expuesta y delicada como en Leishmaniasis, se debe estar seguro que la receta médica tiene el correcto aval científico del medicamento prescripto.
En Brasil, es la Asociación de Clínicos Veterinarios de Pequeños Animales, ANCLIVEPA, quien defiende los intereses de esta rama de la profesión. De la misma manera tendría que manejarse en nuestro país y específicamente en Misiones ante la Leishmaniasis. De esta forma, profesionales de otras disciplinas de la veterinaria: zootécnistas, bromatólogos, sanitaristas, parasitólogos, académicos, entre otras especialidades, quedarían fuera de la exposición puntual, pero conservando el libre derecho de opinar si tienen esa voluntad.
En la Cámara Legislativa del año 1975, cuando veterinarios y diputados analizamos el capítulo de las farmacias veterinarias en el anteproyecto de ley de la creación del Consejo Profesional de Misiones, el legislador Horrisberger, proveniente de San Pedro, planteó ésta dicotomía. Se le contestó que era lícito y que la indicación y venta del fármaco prescripto estaba protegido por la conducta ética del profesional. Pasaron más de treinta años y el planteo quedó expuesto nuevamente y en forma abierta a partir de las exposiciones opuestas de los dos profesionales. Entones, la mayéutica pasa por indagar si al perro enfermo con Leishmaniasis visceral, cuya muerte es irreversible, debe ser tratado con Allopurinol, presunto nefrotóxico administrado en grandes cantidades y, por tal motivo, estaría contraindicado en sujetos enfermos con padecimientos renales. Todo, en aras de la verdad”.
5- REUNIÓN EN FOZ DO IGUAÇU EL 24-09-09
En esa reunión, las máximas autoridades sanitarias de Brasil, Argentina y Paraguay con miembros de la OPS y la OMS representado por su máxima autoridad, Dr. Jorge Alvar, recomendaron el sacrificio humanitario de los perros enfermos con leishmaniasis porque no tienen cura, y el no tratamiento de los mismos. Sobre este último punto, se basan por estudios realizados en Brasil. País que ante el análisis de miles de animales tratados bajo estricto protocolo sacaron las siguientes conclusiones:
1- que el tratamiento no dio resultado,
2- interfiere en los trabajos epidemiológicos.
3- genera cepas más agresivas para las personas y animales.
Es por ello que han prohibido por ley el tratamiento de perros con leishmaniasis.
Jorge Alvar, el máximo referente sobre esta enfermedad de la OMS, reflexiona: "La leishmaniasis, junto con la enfermedad del sueño y la úlcera de Buruli, constituyen el grupo de las enfermedades más olvidadas. Son enfermedades propias de la pobreza y, por el segmento de población a la que afectan, no interesa a la industria farmacéutica ni al mundo occidental en grado que necesitan".
Medita el científico que una cosa es Europa, de elevada posición social y económica, y otra Sudamérica con diferencias socio-económicas, etológicas y ecológicas que las hacen distintas y promueven a tomar medidas diferentes y más fuertes. Es la postura que adoptaron los responsables de los Programas del Control Regional de la Leishmaniasis en la ciudad de Foz.
6- MI PROPIA MAYÉUTICA.
Para develar incógnitas tomé la tarea de realizar mis propias preguntas y respuestas –son 27 y las expuse como proposición en Internet y otros medios de comunicación- sobre generalidades de la Leishmaniasis y el uso del Allopurinol en el perro, basado, repito, en la técnica de preguntas y respuestas. Aclarando que a partir de allí cada cual es autónomo de concretar su propio cuestionario si así lo desea, y/o plantear rechazos, yerros y correcciones con la advertencia que aún quedan muchas incógnitas a develar.
LEISHMANIASIS VISCERAL: 27 PREGUNTAS Y RESPUESTAS.
1- ¿Qué es la Leishmaniasis Visceral canina?
La leishmaniasis Visceral canina es una enfermedad zoonótica causada por especies de protozoos del género Leishmania. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad en el perro van desde lesiones en la piel, artrosis y hasta formas fatales en las cuales se presenta inflamación severa del riñón y otros órganos como el bazo y el hígado. La enfermedad, por su naturaleza zoonótica, afecta tanto a humanos como a los perros y otros mamíferos.
2- ¿Cómo adquiere el perro la enfermedad?
De la misma forma que el humano. Por medio de la picadura de un flebótomo (Lutzomyia longipalpis). Insecto que transmite la enfermedad.
3- ¿Quién pica, el macho o la hembra del flebótomo?
La hembra, pues necesita de la sangre para madurar sus huevos. El macho se alimenta de savias vegetales.
4- ¿El flebótomo pica dentro de la casa?
Es posible, pero como es exófilo, prefiere picar al aire libre, preferentemente al amanecer o al atardecer. Como tiene fosfotropismo positivo le atrae la luz. Por eso se recomienda prender luces en determinado lugares de casas con patio apenas insinúa esconderse el sol, hasta pasado el amanecer del otro día.
5- ¿Dónde vive el flebótomo?
En las hojarascas y desechos orgánicos. Por eso durante el día debe evitarse que el perro husmee esos lugares. En verano conviene combatir al mosquito mediante fumigaciones periódicas en el patio de la casa y después de las lluvias.
6- ¿El perro enfermo tiene cura?
No. El perro enfermo no tiene cura. Por eso se recomienda el sacrificio asistido y humanitario por ser el reservorio del parásito. Desgraciadamente es el intermediario más directo entre el mosquito y el hombre.
7- ¿Entonces, el perro enfermo debe sacrificarse?
Depende si existe estricto control responsable. Esto se da en perros de departamentos o en casas con escaso patio, o de personas que prácticamente conviven con la mascota. De lo contrario es casi imposible cuidarlo.
8- ¿Si hay cuidado responsable se lo puede tratar?
Sí. Pero también depende que no tenga afectado órganos internos, principalmente hígado y riñones. En casos así el perro generalmente muere con mucho sufrimiento. No muere por el parásito, sino por enfermedad renal asociada y con hepato y esplenomegalia. La muerte es irreversible en todos estos casos.
9- ¿El tratamiento depende del diagnóstico previo?
Afirmativo. La Dra. Guadalupe Miró, especialista de la Universidad Complutense de Madrid, determina que el tratamiento depende del diagnóstico previo para descartar algún tipo de nefrosis o insuficiencia hepática. De resultar positivo el perro debe sacrificarse.
10- ¿Qué exámenes previos debe hacerse?
La misma catedrática aconseja diagnosticar la concentración de urea en sangre y proteinuria. Semiológicamente determinar la presión arterial sistólica, ya que la insuficiencia renal crónica es la primera causa de su elevación.
11- ¿Entonces es posible realizar tratamiento, descontando la insuficiencia renal o de otros órganos de la economía animal?
Sí, es posible en la Leishmaniasis cutánea.
a12- ¿En ese caso, qué medicamentos se aconseja?
Únicamente medicamentos de uso veterinario y como medida paliativa, ya que no existe droga específica para su tratamiento. En marzo de 2009 el SENASA emitió un comunicado aclarando que no existe producto aprobado para tratar la enfermedad. Solamente tiene aprobado el collar repelente y el reactivo para el diagnóstico.
13- ¿El Glucantinme y otras drogas específicas en el tratamiento de Leishmaniasis humana, puede utilizarse en canes?
No. Su uso está prohibido en el perro, porque genera anticuerpos y reduce o anula la efectividad en el ser humano. En la India se reporta el 70% de resistencia.
14- ¿El Allopurinol de uso humano puede utilizarse en el perro?
No se aconseja utilizar productos de uso humano en el perro. No obstante, mediante receta del veterinario la farmacia está autorizada a expender, pues se trata de una orden de compra oficial. Debe prescribirse únicamente en Leishmaniasis cutánea y bajo receta archivada.
15- ¿Una farmacia veterinaria puede comprar Allopurinol para después comerciarla?
No. El ANMAT, la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología, como el SENASA, lo prohíbe. Así también todos los productos de uso humano.
16- ¿Un médico veterinario puede adquirir el Allopurinol para usar en el tratamiento del perro enfermo?
No es ético. Menos si es propietario de una farmacia veterinaria. Pues, se supone, que venderá entre otros productos que recete proveniente de su farmacia posterior al diagnóstico de la enfermedad, y en tal caso entraría en el tráfico ilegal de la droga.
17 ¿Qué es el Allopurinol?
Es un compuesto químico empleado como medicamento frente a la hiperuricemia y sus complicaciones como la gota en humana.
18- ¿Qué produce en el organismo el exceso de ácido úrico?
Si no se degradan se cristaliza en el cartílago de las articulaciones y produce gota y artrosis.
19- ¿Dónde y cómo se degrada?
Se degradan en el intestino delgado por medio de enzimas pancreáticas en nucleótidos y bases libres de nitrógeno. Se elimina con la materia fecal.
20- ¿Cuál es el mecanismo de acción?
El Allopurinol es un inhibidor enzimático de la xantinooxidasa. Esta enzima actúa en la oxidación de la xantina produciendo ácido úrico.
21- ¿El Allopurinol disminuye la formación de ácido úrico?
Sí. Es ese es su mecanismo de acción.
22- ¿Cómo actúa en Allopurinol en el perro?
De la misma forma que en el ser humano, pero hace que el parásito Leishmania no se reproduzca tan aceleradamente en el perro.
23- ¿Esta acción mecánica se ha demostrado?
No hay ningún estudio que lo demuestre. Tampoco que sirva para prevenir ni que mate al parásito. Solamente se emplea para reducir su multiplicación.
24- ¿En dosis alta puede producir daños en el perro?
Sí. Como así también la administración prolongada pude producir trastornos renales pues actúa como nefrotóxico. De ahí la recomendación de no utilizar en leishmaniasis visceral. Por eso el control del paciente debe continuar con exámenes clínicos y de laboratorio en forma regular para evitar se produzca un daño anexo. La metáfora "es peor el remedio que la enfermedad", cobra vigencia en el caso actual. Una de las secuelas es la urolitiasis renal. Falta estudiar si excesivas dosis de Allopurinol produce hipouricemia, posible desencadenante de nefrolitiasis.
25- ¿Hay vacunas para prevenir la enfermedad en el perro?
No hay vacunas hasta la fecha. Y las que están en estudio en Brasil, de cuatro fases, todavía no pudo superar la tercera.
26- ¿Los baños con insecticidas pueden hacerse?
De ninguna manera. No hay en existencia insecticidas aprobados en baños para mascotas.
27- ¿Cómo debe actuar el veterinario frente a la enfermedad?
Con responsabilidad. La mayor virtud de la ética.
Este texto fue publicado en “El Libertador en Línea” y, por este medio, en Google el 14/09/09.
7- DEL CRONISTA VETERINARIO: Leishmaniasis en la Provincia de Salta. Un caso confirmado.
El Dr. Marcelo Alonso, docente de Patología Básica y Anatomía Patológica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Católica de Salta, se contactó con El Cronista Veterinario y nos contó cómo fue el caso de leishmaniasis que le tocó ver en su provincia. Esto es lo que nos escribió:
"Candy era una Pinscher de dos años, que vino a Salta desde Misiones. La atendió un colega que le recetó corticoides inyectables durante rigurosos ocho meses, hasta que los dueños llevaron el animal a otro colega, que me la derivó para que le hiciera una citología de linfonódulo mandibular derecho (estaba aumentado de tamaño). El resultado, un proceso inflamatorio granulomatoso, y los amastigotes libres de leishmania spp. Se le hizo luego serología, en la Universidad Nacional de Salta, lo que arrojó resultado positivo. La perrita se terminó muriendo por la consecuente insuficiente renal, después de 20 días de allopurinol, antibióticos y tratamiento local sobre las heridas de la piel, más un par de elevadores de defensas".
Consulté al Dr. Alonso por E-Mail sobre el tema y gentilmente contestó: Con respecto al tratamiento del Pinscher con ALLOPURINOL y su incidencia en la IR (insuficiencia renal) descompensada final, me es difícil relacionarla por falta de experiencia, aquella vez fue la única que traté un animal por LEISHMANIAISIS y desconozco sobre otros tratamientos en esta ciudad. De hecho fue la única vez que se tuvo un diagnóstico etiológico confirmado por estas pampas. Habría que ver, a mí entender, en que medida el ALLOPURINOL es neurotóxico para caninos, ya que en estos cuadros hay tantas agresiones concomitantes al riñón tales como piodermas, el mismo parásito, la anemia, etc. etc.
8- TRES CASOS DE CANES CON LEISHMANIASIS EN POSADAS, MEDICADOS CON ALLOPURINOL. (Reservo los nombres de dos familias)
8.1- Familia de A: Can hembra de cinco años de edad. Luego de casi dos años de tratamiento donde el animal presentaba procesos de recuperación y recaídas, comenzó a tener diarrea sanguinolenta y hematemesis. Muy debilitado y sin muestra de recuperación fue sacrificado con asistencia profesional.
8.2- Familia B: Can macho de seis años de edad. Después de tres meses de tratamiento su salud fue decreciendo. En estado caquéctico y con dolores lumbares a la palpación fue sacrificado con asistencia profesional.
8.3- Familia Mazzuchini.
Historia de una mujer y sus seres más queridos: Hijos y canes. (Publicado, previo consentimiento de la familia, en el Libertador en Línea y en mi página web)
Parte primera: La linda
En mi vida profesional me encontré con un sin fin de hechos y sorpresas con exponentes del reino animal, racionales e irracionales, como para llenar páginas de anécdotas. Pero lo que a continuación narraré tiene otra magnitud, pues trata del amor especial que una mujer ha dispensado y dispensa a sus seres más queridos: hijos y canes; y lo manifiesta con el amor que reparte a unos y otros sin distinción.
Pasará a engrosar, por el cariño que ha demostrado a sus perros, la lista de vivencias zoófilas, definida ésta como el amor que el ser humano brinda a los animales.
La pequeña historia que paso a relatar comenzó una mañana en que me acerqué a la carpintería de Iván, ubicada en Paí Tuyá 2993 del barrio Tajamar, con el fin de solicitarle me hiciera un trabajo propio de su especialidad artesanal. Estaba en la platica explicativa de lo que necesitaba, cuando aparece una señora con un diario en la mano y me dice ¿Usted es el autor de este artículo sobre Leishmaniasis? Se trataba de Marta Portillo de Mazzuchini, madre de Iván, quien mora en la casa pegada a la carpintería, compartiendo ambas propiedades un patio común trasero. En ese lugar crió a sus tres hijos y quince canes.
“Usted dice –continuó- que al perro enfermo se lo debe sacrificar; yo en cambio al mío lo cuidé un año y nueve meses bajo estricto tratamiento hasta que se murió”. Ese fue el principio del diálogo que nos unió a los tres contertulios, pues Iván es otro perrero de alma, a tal punto que recoge perros abandonados, los cuida, alimenta y después sigue su labor caritativa tratando de encontrarles dueños. En esa charla expliqué que mi posición respondía a las normativas de la OMS que nuestro país adhirió, y porque los perros tratados no solo generan cepas de parásitos mas resistentes, sino que mucho de ellos sufren cólicos intensos.
La conversación prosiguió con preguntas y respuestas sobre el tema mientras dos hermosas Boxes, una negra y la otra marrón, abrigadas con chaleco, pues hacía frío, brincaban mimosas alrededor de su ama Marta, una señora de barrio, maestra de profesión y que se jubilara como directora de la escuela primaria Nº 1 de Posadas.
-Estas dos perras, como también los demás que he criado, pernotan dentro de la casa, explicó. Espere que le muestre sus historias sanitarias- Dicho esto entró a la casa y trajo consigo un cuaderno de tapas negras donde anotaba en rigurosas columnas: fecha de atención, el nombre del médico o veterinario interviniente, el diagnóstico y tratamiento de cada paciente, y la variedad de fármacos de uso humano y animal utilizado desde el año 1976. En las páginas figuraba la historia clínica de sus hijos junto a la de los perros que había criado hasta la fecha.
Increíble lo que tenía ante mis ojos. En treinta hojas registraba todo el proceso médico de cada uno de ellos incluido el suyo. Por ejemplo: en un día y mes de mayo del año 1978, el Dr. X recetó Imperán a uno de sus hijos que padecía vómitos. En septiembre de 2005 uno de ellos recibió Benadryl por un problema respiratorio. Más abajo, Piki, una perra, fue tratada con tres comprimidos de Abendazol, antiparasitario recetado por el Veterinario Z, o Zuki recibía inyecciones de Dexametasona por padecer un tumor en el cuello. El 30 de septiembre de 2007 Narik se “durmió” después de una operación en los ovarios y el 5 del mes siguiente nace Klauth, nieta de Narik y Koli-Koli
Los perros que criara se fueron muriendo y los dos últimos, Klauth y Kizu, pertenecen a la cuarta generación. A medida que se iban muriendo de viejos o por alguna enfermedad en el cuaderno escribía “se durmió”, consignando la hora del deceso. También está registrado el día en que Tutu, la vieja tortuga, se “durmiera”.
Tiene fotos de todos ellos y mantiene reminiscencias de los que ya no están mediante escritos y poesías dedicados. Es decir, a unos los recuerda en prosa, a otros en verso.
Una mañana me hizo pasar al gran patio cubierto de árboles, la mayoría frutal, donde en una porción del terreno florecen multicolores plantas de jardín cultivadas y bien cuidadas. Entre las mismas se aprecian letreros clavados sobres enhiestas estacas con el nombre de muchos de los perros muertos que ella criara desde hacía tantos años. ¡Al lugar lo convirtió en un pequeño sepulcro de canes, el kinosargés de los griegos, donde descansan todos ellos después que se durmieran para siempre!
Quedé sumamente sorprendido y, al instante, comprendí que estaba ante el acto de amor más grande brindado por un ser humano a otra especie animal que jamás haya presenciado. Además, comprobé, una vez más, la sutil demostración práctica que dice que la conducta del perro refleja el carácter de su dueño. Klauth y Kizu, las amigables Boxer, son ejemplos. También, una muestra didáctica de lo que es la tenencia responsable.
Parte segunda: La fea
Koli-Koli. Así se llamaba el perro que enfermó de Leishmaniasis. En el transcurso de su padecimiento fue atendido por cinco profesionales veterinarios del medio. Lo que sigue es la secuencia de su historia clínica reportada por su propietaria y anotados en el cuaderno por riguroso orden:
En julio de 2007 al perro se le diagnostica clínicamente leishmaniasis, luego se confirma la enfermedad mediante análisis de laboratorio. Es medicado con tres comprimidos diarios de 300 mg. de Allopurinol (Alfadiman). Con ese tratamiento continúa hasta el año siguiente donde en sucesivos meses le aplican antiparasitarios a base de Abendazol, la vacuna antirrábica correspondiente y el collar Scalibor. El 24 de julio, un año después, sufre una especie de espasmo corporal y le suministran un comprimido c/8 hs de Kualcopat, protector hepático. El 6 de agosto tras otra dosificación con Abendazol y otro cuadro espasmódico se le suspende el tratamiento con Allopurinol por recomendación de un nuevo profesional. Aún así, los ataques se suceden los días 19, 25 y el 7 de septiembre, razón por la cual se agrega al tratamiento vigente 1 comprimido c/8hs. de Contal 60, antidepresivo a base de fenobarbital. El 2 y 16 de noviembre sufre fuertes ataques convulsivos y el día 21 un quinto veterinario recomienda reanudar el Allopurinol, pero reducido a un comprimido por día. El 14 de diciembre soporta otra convulsión y el 22, tras otro ataque se le suministra valium inyectable. El 2 y el 12 de enero de 2009 tuvo sendas convulsiones y prosigue con el tratamiento a base de Allopurinol, Contal y Kualcohepat. El 1 de febrero tras tres convulsiones en el día se le reduce a ½ comprimido diario de Allopurinol. Los ataques se sucedieron a la 1,15; 8,15; 10; 11,25; 13,30; 16,50; 19,50; y 23 hs. del día siguiente. En total once convulsiones en poco más de 24 hs. Además empezó a retener líquido, hincharse y presentar debilidad corporal, pues apenas podía levantarse. Aún así, el perro se mostraba inquieto y caminaba en círculo alrededor del patio sin parar. Las convulsiones se espaciaron y recién tuvo una el 17 de febrero y otra el 1de marzo. El día 3 se le aplica Decadrón inyectable y el animal comienza a orinar en abundancia. El mismo día se le suspende el Allopurinol.
El 11 de marzo muere a las 11 de la mañana muy debilitado. En el transcurso de la enfermedad consumió 1.035 comprimidos de Allopurinol y en los últimos seis meses 297 comprimidos de Contal.
En el cuaderno Marta escribía: Koli-Koli ADIOS. Se durmió a las 11 hs. mi BB. Tenía casi 10 años.
Nota. El 22-12-08, se realiza análisis de hemograma a Koli-Koli con el siguiente resultado: Uremia 0,59, (normal hasta 0,40 g/l). G.P.T. 85, (normal hasta 60 U/l). G.O.T. 201, (normal hasta 60 U/l).
GPT-GOT, sigla de amino-transferasas, su elevación refleja trastornos hepáticos. Según expertos, el 30 % de los perros con disfunción renal convulsionan.
Esta historia fue el disparador que me impulsó a realizar el presente trabajo.
9- ARTÍCULO DEL CRONISTA VETERINARIO DE FEBRERO DE 2009.
Brasil: prohíben tratar a los perros contagiados de leishmaniasis.
La epidemia de Leishmaniasis visceral que afecta en los últimos años al sur de Brasil y el norte de Argentina está alcanzando consecuencias sorprendentes. El Estado de Brasil obligó por ley a sacrificar a cualquier perro contagiado de la zoonosis, por lo cual cualquier veterinario que lo atienda, aunque sea por otra patología, puede perder la matrícula y hasta ser encarcelado.
En la charla que dio en noviembre en Posadas, y que contamos en nuestra última edición (se la puede encontrar en www.ecvet.org), la especialista brasileña Mary Marcondes explicó por qué el Estado había tomado esta medida. “Luego de tres años de estudio por parte de una veintena de especialistas en la enfermedad (veterinarios, biólogos, médicos, entomólogos y epidemiólogos) no se puede aseverar que el perro bajo tratamiento no es infectante, es decir que pueda pasar parásitos a los flebótomos que lo pican”.
En realidad, en Brasil ya existía un decreto, de 1963, que obligaba a la eutanasia, pero nadie lo cumplía. De hecho, Marcondes contó que un colega amigo suyo que trabaja en Belo Horizonte tenía 20 causas judiciales acumuladas por no respetar esa norma. Pero desde que el Congreso de Brasil sacó la nueva ley, mucho más taxativa y que no deja “resquicios” por donde evitarla, directamente no hay más margen de acción. Es que los colegas que atienda un perro contagiado con leishmaniasis visceral estarían cometiendo un delito penal.
10- REUNIÓN EN FOZ DO IGUAÇU EL 24-09-09
En esta reunión, las máximas autoridades sanitarias de Brasil, Argentina y Paraguay con miembros de la OPS y la OMS representado por su máxima autoridad, Dr. Jorge Alvar, recomiendan el sacrificio humanitario de los perros enfermos con leishmaniasis y el no tratamiento de los mismos. Sobre este último punto, se basan en estudio realizados en Brasil. País que ante el análisis de miles de animales tratados bajo estricto protocolo sacaron las siguientes conclusiones:
1- que el tratamiento no dio resultado.
2- interfiere en los trabajos epidemiológicos.
3- genera cepas más virulentas para las personas y animales.
Por todo esto han prohibido por ley el tratamiento de perros con leishmaniasis.
Jorge Alvar reflexiona: "La leishmaniasis, junto con la enfermedad del sueño y la úlcera de Buruli, constituyen el grupo de las enfermedades más olvidadas. Son enfermedades propias de la pobreza y, por el segmento de población a la que afectan, no interesa a la industria farmacéutica ni al mundo occidental en grado que necesitan". Sostiene el científico que una cosa es Europa de elevada posición social y económica, y otra Sudamérica con diferencias socio-económicas, etológicas y ecológicas que las hacen distintas, por eso se toman medidas diferentes y más fuertes.
Es el concepto que han adoptado los responsables de los Programas del Control de la Leishmaniasis en la ciudad de Foz.
Los medios exponían las conclusiones de la reunión. | lunes, 28 de septiembre de 2009
Recomiendan prevenir casos de Leishmaniasis Visceral en el inicio de la primavera. Especialistas y representantes de Argentina, Brasil y Paraguay acordaron pautas para la vigilancia, el control y la prevención de esta enfermedad transmitida del perro al hombre por un insecto.
Expertos y representantes de Argentina, Brasil y Paraguay acordaron pautas para la vigilancia, el control y la prevención de la Leishmaniasis Visceral (LV) que puede ser fatal y se ha extendido a las áreas urbanas, en el marco de un encuentro realizado en Foz de Iguazú, Brasil.
Para los expertos, el inicio de la primavera y la inminencia de la temporada de verano hacen necesario redoblar la vigilancia y los controles pues el calor favorece la transmisión de la enfermedad, una zoonosis transmitida del perro al hombre por un insecto picador llamado Lutzomia longipalpis.
Según Renato Gusmao, asesor regional de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en lepra y leishmaniasis, “la dispersión geográfica de LV en ciertas áreas de Argentina, Brasil y Paraguay aumentó de manera preocupante y se produjo un cambio en la epidemiología de la enfermedad que se instaló en áreas urbanas y peri-urbanas con un número de casos fatales mayor al esperado; para la OPS/OMS esta situación puede iniciarse inadvertidamente sin sistemas de vigilancia adecuados.
Los responsables de los programas nacionales y los científicos participantes de la reunión advirtieron sobre la necesidad de alistar mecanismos para el diagnóstico oportuno y tratamiento de los casos humanos ya que de otra manera estos pueden agravarse y en ciertos casos provocar la muerte del paciente.
Los perros infectados con o sin manifestaciones clínicas son el principal reservorio y transmisor de la enfermedad al humano. Al no existir a la fecha instrumentos para evitar que los perros infectados transmitan la enfermedad al hombre y a otros caninos, la conducta indicada es el sacrificio humanitario de los animales infectados. Para los expertos “el tratamiento y la vacunación de perros con los productos disponibles a la fecha son desaconsejados por ser ineficaces y por que dificultan la aplicación de medidas de vigilancia y prevención de la enfermedad”.
La reunión fue precedida por una reunión de investigadores especialistas en Leishmaniasis, donde se analizaron los instrumentos disponibles a la fecha y se acordaron las prioridades de investigación. Zaida Yadón, consultora regional de la OPS/OMS para investigación de enfermedades transmisibles, señaló que la Leishmaniasis Visceral es una de las enfermedades desatendidas para las que es prioritario avanzar en el conocimiento y en el desarrollo de instrumentos de control
Las acciones de control integradas, incluyendo la segregación y sacrificio de perros infectados y el control selectivo del vector en las áreas de mayor riesgo, acompañado por el diagnóstico oportuno y el tratamiento de personas enfermas, han demostrado que es posible disminuir el número de casos y sus consecuencias. La Leishmaniasis Visceral forma parte del grupo de enfermedades consideradas desatendidas que afectan a grupos rezagados de la población. Es también una enfermedad considerada huérfana porque el desarrollo de instrumentos de control no ha sido acompañado por la atención e inversiones necesarias. Por esta razón, la eliminación de la leishmaniasis aún se considera remota. Los representantes de los países solicitaron a la OPS/OMS que apoye la articulación de una iniciativa subregional de control y el control de la leishmaniasis visceral.
Fuente: Organización Panamericana de la Salud.
10- MAYÉUTICA DE LA FACULTAD DE VETERINARIA DE LA UBA, SOBRE FARMACOVIGILANCIA VETERINARIA.
¿Qué es la farmacovigilancia?
La farmacovigilancia es el control continuo de la seguridad y eficacia de los medicamentos en la etapa de comercialización, mediante el seguimiento de los posibles efectos o reacciones adversas o falta de eficacia de los medicamentos y detección de posibles efectos beneficiosos no previstos. En veterinaria, la farmacovigilancia no sólo monitorea la seguridad y eficacia de los productos veterinarios existentes en el mercado, a fin de disminuir los riesgos y aumentar los beneficios de los mismos, sino también registra reacciones adversas ocasionadas por medicaciones humanas utilizadas en animales, y reacciones adversas producidas por medicamentos veterinarios en seres humanos y en el ambiente.
¿Cuáles son los objetivos de la farmacovigilancia?
- Describir reacciones adversas nuevas a medicamentos utilizados en animales.
- Estudiar la frecuencia de aparición de reacciones adversas conocidas de medicamentos veterinarios.
- Detectar reacciones adversas producidas por medicamentos veterinarios en el ambiente.
- Detectar reacciones adversas producidas por medicamentos veterinarios en seres humanos.
- Identificar medicamentos que producen reacciones adversas.
- Caracterizar poblaciones animales que sufran reacciones adversas y factores predisponentes a las mismas.
- Determinar relaciones causales entre eventos adversos y medicamentos.
- Evaluar medidas para mejorar la seguridad del medicamento.
- Recolectar, evaluar y difundir información referente a reacciones adversas, efectos beneficiosos nuevos y falta de eficacia de medicamentos veterinarios.
¿Qué es una reacción adversa?
Es una reacción dañina no intencional que aparece luego de la exposición a un medicamento veterinario o humano cuando se administra a un animal a su dosis y vía indicada para la profilaxis, el diagnóstico o el tratamiento de una enfermedad o para la modificación de alguna función fisiológica. Esta definición excluye las sobredosis, e implica una relación de causalidad entre la administración del fármaco y la aparición de la reacción.
¿Cuales reacciones adversas se pueden informar a la unidad de Farmacovigilancia veterinaria?
TODAS las reacciones adversas que se consideren de interés clínico y que ocurran tanto en animales como en seres humanos como en el ambiente, cuando se usan medicamentos veterinarios, o en animales cuando se utilicen productos medicinales humanos; aún las conocidas, ya que son útiles para dar indicios sobre la incidencia de estas reacciones en nuestra práctica clínica. También se puede informar falta de eficacia de un producto, sin embargo la unidad de Farmacovigilancia veterinaria no realiza controles sobre los laboratorios productores de especialidades medicinales veterinarias.
Si utilizo un producto humano en un animal, y se produce una reacción adversa, ¿puedo realizar la notificación?
Si, aunque el medicamento no tenga como origen un laboratorio veterinario, es importante informar la reacción adversa.
Si la reacción adversa se produjo con el uso extra-rótulo de un producto, ¿puedo realizar la notificación?
A veces el veterinario indica una medicación en distinta dosis, indicación, vía o especie que la indicada en el rótulo o prospecto del medicamento veterinario, constituyendo el uso “extra-rótulo”. Si se produce una reacción adversa en estas condiciones es muy importante realizar la notificación, ya que esta información es muy valiosa.
Observación final: He omitido los nombres de profesionales actuantes, salvo de aquellos que emitieron opiniones en los medios. También de los vecinos con perros enfermos para no exponerlos, pero dispuestos a responder preguntas de algún interesado en saber más datos sobre estos casos puntuales.
Tampoco corresponde emitir juicio por la decisión del Consejo Profesional de Veterinarios en propiciar la cura del animal enfermo de Leishmaniasis y su tratamiento con Allopurinol. O por la falta de información, resultado de su aplicación, como indica la farmacovigilancia.
CONCLUSIÓN:
El presente trabajo, se circunscribe únicamente en demostrar que el uso del Allopurinol en perros enfermos con Leishmaniasis visceral está contraindicado porque puede producir alteraciones renales o acelerar, en otros casos, procesos patológicos en enfermedades del riñón.
Razonablemente, si los máximos organismos sanitarios, OPS/OMS, recomiendan no tratar perros con leishmaniasis, posición que adoptaron en Foz de Iguazú los representantes de Argentina, Brasil y Paraguay, con mayor razón no deben utilizarse medicamentos de uso humano.
En teoría, relaté las contraindicaciones del uso de Allopurinol que el prospecto indica y la opinión, en los medios, de la profesional que en Europa ha trabajado con la droga. En la práctica, con la presentación del caso del perro Koli-Koli del cual adjunto la historia clínica con la tacha de lo veterinarios actuantes, acompañado, además, del hemograma que le efectuaron el 22 de diciembre de 2008. El perro empezó a convulsionar al año del tratamiento y en una jornada de poco más de 24 hs sufrió once ataques seguidos. Según expertos, el 30 % de los canes con nefropatías pueden presentar cuadros convulsivos.
Los otros tres casos presentados, incluido el de Salta, son antecedentes que determina que perros enfermos con LV, aun tratados con Allopurinol, siguen enfermos y terminan con el estado de salud muy deteriorado que obligan a realizar el sacrificio humanitario. Habría que determinar cuantos perros enfermos llevados al IMUSA –Instituto Municipal de Sanidad Animal de Posadas- fueron tratados previamente.
El mismo Presidente del Consejo de Veterinarios Dr. Zach, pone en duda la eficacia de su uso cuando declara a los medios: “… en todo caso lo que puede estar en discusión es su efectividad para esterilizar el can parasitológicamente y alejarlo de su papel de reservorio”...
En Brasil estaba prohibido el uso de cualquier fármaco de uso humano en el tratamiento del perro con leishmaniasis, y los de aplicación veterinaria debían confirmarse mediante previos protocolos investigativos si tenían algún efecto positivo. Lo expreso en tiempo pasado, porque la ley actual prohíbe taxativamente el tratamiento del perro con esta enfermedad.
En Argentina, el SENASA, es el organismo que realiza el control de protocolos y aprobación de los fármacos de uso veterinario. En la actualidad no tiene aprobado medicamento alguno para usarse en Leishmaniasis. La pregunta ¿Qué organismo del Estado, o algunos de sus expertos, autorizó el uso del Allopurinol en perros enfermos, o quién dictaminó su uso en Misiones? Y en resguardo del bienestar animal ¿Se protocolizó el seguimiento farmacológico?
El solo hecho de no haberse realizado investigaciones previas inhibe su uso. La gravedad reside que es de uso humano y no veterinario. Al perro enfermo no lo cura y en la mayoría solo retarda el proceso de la enfermedad. Como queda visto, contribuye poco a mejorar la calidad de vida del paciente, que al final termina sacrificado.
Por todo lo expuesto y por este medio, solicito a las autoridades de esta reunión que inicien por donde corresponda la tramitación que suspenda el uso de Allopurinol en perros enfermos con Leishmaniasis y de toda otra droga de uso humano. Puesto que si entre los contenidos que deben tratar se encuentran las recomendaciones de Foz, reviste importancia de orden que los participantes analicen este tema puntual.
De igual tenor y con el mismo propósito presentaré ante la Dirección Nacional de Agroquímicos, Productos Farmacológicos y Veterinarios del SENASA, y en otros organismos oficiales.
Por último, habrá quienes no estén de acuerdo con lo que aquí expongo, en tal caso, sería interesante que refuten con el mismo nivel técnico y mediante pruebas prácticas, o utilizando la mayéutica, de manera que la posición contraria genere el debido debate. Porque en el campo de la biología, lo que interesa es el debate de las ideas con argumentos válidos, lo demás es retórica.
Dr. Rubén Emilio García
Médico Veterinario
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